domingo, 11 de marzo de 2012

Hay para todos...

Terminé de escribir esto en el trabajo y vino mi jefa a decirme que no estaba haciendo cosas para la empresa y que era personal lo que estaba haciendo...
Le digo... no es del todo personal, es para todos y para la empresa también...


Enamórate...

Sin tener fundamentos psicológicos de peso, puedo hacer un intento de razonamiento con alguna que otra afirmación de por ahí.
Según el Freud, el padre del psicoanálisis, el sexo es el eje principal de la vida de las personas, tanto a nivel físico como a nivel simbólico (psicológico).
Partiendo de esta premisa, podemos empezar a decir que la principal fuente de placer del ser humano es el sexo. Durante el crecimiento al conformarse los procesos mentales mas complejos cada uno adquiere gustos por diferentes cosas. Esas otras cosas que el ser humano elije hacer en su vida están cargadas de una energía sexual, no en un sentido genital sino simbólico, orientado a buscar algún placer.
Entonces, si la fuente energética de todas las actividades del ser humano es la sexualidad, bien podríamos orientar nuestra vida en hacer aquello que corresponda sentimentalmente a la simbólica energía sexual que estamos volcando sobre todo lo que hacemos.
Enamórate de lo que haces, de todo lo que haces. En caso contrario estas no correspondiendo amorosamente a la energía sexual que estas volcando en tus actividades, por ende estas prostituyendo o corrompiendo tu voluntad en hacer cosas de las que no estas enamorado. En castellano, estarías teniendo sexo con las actividades cotidianas sin ningún placer, lo cual obviamente no te puede llevar a ser feliz. Enamorarse de todo lo que uno hace, permite que todo lo hagamos excelente y con placer. Busca el placer, que tan mal visto esta para la sociedad, pero que tan indispensable es para ser felices.

Saltemos un segundo a otra idea, para luego unirla con la anterior.
El pasado no existe, lo único que queda es el recuerdo de nuestro punto te vista de la realidad pasada. El futuro mucho menos existe, porque aun no llegó. Entonces, a lo único que tenemos que prestarle verdadera atención es a como construimos nuestro presente. No digo que no sea bueno recordar cosas que nos sirven para aprender, o que no pensemos hacia donde llevamos nuestra vida en lo que a planes respecta. Lo que digo es que el pasado y el futuro no existen y nunca van a existir, salvo en la agenda en la que anotas los compromisos o en las fotografías que sacas al presente y quedan materializadas con la imagen del pasado, o en los almanaques. Todas estas cosas de alguna forma existen únicamente en el presente ¿Lo ves?

Ahora uniendo las dos ideas, imaginemos que podemos dejar, aunque sea por un rato, las expectativas que tenemos sobre el futuro, en todos los aspectos (trabajo, dinero, viajes, estudio, relaciones, etc). Bien...
Aprendamos que el presente será en algún momento un buen futuro, en la medida en que seamos flexibles y logremos construirlo en cada acto.
Dejemos las cargas del pasado de lado, no quiero decir que se olviden, sino que se comprenda, al igual que el pasado, el cual no existe mas que en nuestra memoria. Todo ese pasado esta ahí, guardado, podré a acceder a él cuando este en condiciones de que no me perturbe, y pueda aprender de él.

Una vez que comprendamos la naturaleza perpetua del presente, como algo real, como fue en un origen, antes que se nos inculque la idea de que el el tiempo lo es todo. Volvemos a esa verdadera percepción de la realidad que perdimos por antiguos condicionamientos. Y con esa energía infinita y maravillosa que estamos dotados los seres humanos nos enamoramos de él, del presente, de su condición eternamente cambiante. Volquemos toda esa energía sexual, que nutre a la totalidad de los quehaceres del hombre, al lo único que existe, el presente. Enamórate del presente, enamórate de vos mismo, date lo mejor, trátate bien, no corrompas tu voluntad. Por que tu voluntad es tu energía, enamórate de tu energía infinita. Sana las heridas que te auto hiciste, deshazte de los apegos que escogiste equivocadamente pensando que eran la felicidad . Descubrí quien sos realmente. Date cuenta de que en verdad sos esa energía invisible, tu alma. Comprende que nada posees, solo es tu ego el que alucina ser parte de lo que cree poseer. No sos tu cuerpo, no sos tus pensamientos, no sos tus logros, no sos fracasos. Todo eso es parte de la experiencia humana. Aprende de ello, pero no creas que sos esas cosas. El verdadero vos es invisible y nada posee , es eternamente feliz. Ama a tu verdadero ser. Solo si amas a tu verdadero ser, tu amor por los demás será verdadero...

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